En el marco del Festival de Verano, más de 1.500 participantes se unieron en un encuentro de armonía y bienestar.
El evento, organizado con el apoyo del IDRD y la Embajada de la República Popular de China, destacó la actividad física y la fraternidad como pilares para la salud integral.
Bogotá, D. C., 24 de agosto de 2025. Un tímido sol iluminaba la Plaza Cultural La Santamaría, que esta vez no guardaba el silencio habitual. En lugar de la fuerza bruta y la adrenalina que alguna vez caracterizaron al escenario, el espacio vibraba con movimientos lentos y armónicos, respiraciones profundas y un ambiente de quietud. El II Festival de Taichi Chuan y Qigong, en el marco del 28.º Festival de Verano de Bogotá, confirmó la transformación de la plaza en un epicentro de bienestar, salud y paz.
Cerca de 1.500 participantes se dieron cita en este encuentro de armonía, salud y tradición. El evento, organizado por la Asociación Atlética Chin Woo Andes Colombia con el apoyo del IDRD y la Embajada de la República Popular de China —país invitado de honor—, se convirtió en una manifestación viva del lema Un mundo, una familia. Las tradicionales danzas del Dragón y del León, símbolos de prosperidad y fortaleza, marcaron el inicio de una jornada que fusionó la cultura oriental con el espíritu deportivo de la capital.
Para el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), resignificar La Santamaría es una apuesta prioritaria. “El Festival de Verano es un espacio para todos y todas. Este encuentro de Taichi y Qigong refleja nuestra visión de promover el bienestar integral de la ciudadanía”, afirmó Daniel García Cañón, director del IDRD.
La jornada también transformó la vida de varios asistentes. Rafael Cortés, vecino de la plaza, llegó por curiosidad y quedó impactado: “Ver cómo la gente se mueve al unísono, con esa calma, es algo que te llena el alma. Esta plaza siempre ha sido importante para el barrio, pero ahora se siente diferente. Se siente como un lugar para el espíritu”.
Por su parte, Miryam Acevedo, de la escuela Todo Cambia y practicante de Taichi desde hace años, expresó su conexión con esta disciplina: “El Taichi me ha transformado la vida. Me ha enseñado a respirar, a ser consciente de mi cuerpo, a encontrar paz en el movimiento. Hoy, estar aquí en La Santamaría, un lugar tan lleno de historia y ahora cargado de esta nueva energía, confirma que la actividad física es mucho más que ejercicio: es un camino de vida”.
El festival, desarrollado de 10:00 a. m. a 1:00 p. m., ofreció prácticas abiertas, exhibiciones y la posibilidad de aprender movimientos básicos guiados por maestros expertos. Fue un recordatorio de que el Taichi, arte marcial no violento y meditación en movimiento, y el Qigong, técnica para canalizar la energía vital, son herramientas poderosas para el bienestar físico y emocional.
En esta jornada, la Plaza Cultural La Santamaría no solo fue un escenario más del Festival de Verano: se reafirmó como un espacio ciudadano donde cultura, deporte y recreación se entrelazan para construir una Bogotá más sana, más cultural y en armonía consigo misma.
OFICINA ASESORA DE COMUNICACIONES – BOLETÍN 557