De Natagaima para el mundo: Santiago Pimentel, orgullo del Equipo Bogotá
- Santiago es un joven de 19 años oriundo de Natagaima (Tolima), desde este año hace parte del IDRD y con orgullo ondeó la bandera de Bogotá en los Juegos Nacionales Juveniles tras alcanzar el oro en lanzamiento de jabalina.
Armenia, 27 de noviembre de 2024.- Iniciando los años 1600, en las orillas del río Magdalena, los indios pijaos que por entonces se tomaban Tolima, fundaron un pequeño pueblo que hoy se le conoce como Natagaima. A través de los años, este municipio atravesó por diferentes problemáticas que amenazaron con su desaparición, como la guerra para su fundación y también distintas avalanchas que por poco arrasan con su población entera.
Por eso, a los “natagaimunos” se les conoce como personas luchadoras ante la adversidad, a quienes ningún tropiezo les quita la esperanza de soñar. No por nada Natagaima llegó a ser capital del Tolima a mediados del siglo XIX y hoy persiste con su espíritu agonista a pesar de tener una población no mayor a 23.000 habitantes.
Dentro de ese puñado de gente está Santiago Pimentel, un joven de 19 años que hace fidelidad a ese ADN luchador y persistente de los natagaimunos. Nació sin su padre biológico, pero a los 5 años, Juan, el esposo de su madre, lo adoptó como hijo propio y aunque no tiene su sangre, lo llama papá con el mismo amor como si la tuviera.
Desde muy pequeño, Santiago se enamoró del deporte. Su corpulenta figura lo motivó a practicar una disciplina que no llevara tanto desgaste físico, pero que sí pueda utilizar su propia fuerza, y fue ahí donde los lanzamientos de jabalina y de bala se clavaron en su corazón. Tras mucho esfuerzo, Pimentel representa al Equipo Bogotá y en estos Juegos Nacionales Juveniles se colgó la medalla de oro en la prueba de jabalina con una marca bastante distante a sus rivales: 64.92 metros. Una distancia que lo pone, a la vez, más cerca de su gran sueño: llegar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
"Las sensaciones fueron muy, muy buenas. Gracias a Dios y a la Virgen todo salió bien, fue una competencia que disfruté y soñé. Gracias a mi entrenador, a mi familia y al IDRD que siempre estaba ahí apoyándonos, sé que vendrán muchas cosas más", remarcó.
A pesar del oro, Santiago no se fue satisfecho de Armenia, pues su objetivo era lograr un récord nacional, aunque para él esto es un premio al esfuerzo luego de unos meses difíciles: "mi preparación ha sido muy dura. Estuve cuatro semanas -que se hicieron eternas- en el Suramericano, en donde mejoré mi marca personal. Las cosas no salieron como lo esperaba porque mi meta era lograr un récord nacional y esa era la última oportunidad, pero vendrán cosas mejores".
La historia de Santiago Pimentel está marcada por el esfuerzo y nunca darse por vencido. De intentarlo una y otra vez pese a las caídas. Consciente de las limitaciones para brillar en el deporte en Natagaima, salió de su casa rumbo a Bogotá el año pasado en busca de una oportunidad en el IDRD para ingresar a los apoyos a los deportistas en formación.
Tocó una y otra vez la puerta del Instituto, y aunque no se abría, el eco de esos golpazos retumbaba en los oídos de los entrenadores, que no dejaron de seguirle la pista y fueron acompañando su proceso en secreto, percibiendo que esa imponente figura podía destaparse en cualquier momento en los deportes de lanzamiento.
Y hasta que por fin eso sucedió. En el Campeonato Nacional de Lanzamientos y Velocidad que se realizó en marzo de este año en Cali, Santiago completó una muy buena actuación con un oro en jabalina y otro en bala. El IDRD no dudó y lo vinculó al programa.
Esa fue una respuesta a la fe, entrega y dedicación de Pimentel, pues una semana antes del certamen, sufrió una lesión que por un momento lo hizo llenarse de frustración, pero recuperó la calma, y a la vez la esperanza para sobreponerse a la adversidad -una vez más- y demostrar de qué está hecho.
"Apenas llegué a Bogotá el año pasado. Me recibieron bien y todo, pero en ese año no pude demostrar mi talento como para ingresar al Equipo Bogotá. Era de los últimos, de los del montón, con talento, pero fue muy duro porque tenía que trabajar, estudiar y entrenar al tiempo. Gracias a Dios este año ha sido mi 'prime', he estado mejorando día tras día. He aprendido a tener humildad con los logros que se van alcanzando", reveló, reflejando en su rostro las dificultades por las que tuvo que pasar…
Dejar Natagaima, un municipio de 23.000 personas, para pasar a Bogotá, una capital con cerca de 8 millones de habitantes, no es fácil para cualquiera y menos para un joven de la edad de Santiago. Estudiar, trabajar y entrenar era su rutina diaria, el frío también le costó, pero aún con lo duro que suena realizar esas tres cosas al tiempo, ‘Santi’ ve ahora los frutos de ese esfuerzo y ahora cuenta con el apoyo del IDRD para poder tener una vida relativamente más tranquila en Bogotá, mientras se prepara para cosechar más triunfos deportivos en el horizonte.
"El apoyo del IDRD ha sido incondicional en todas las competencias. Nunca me ha faltado algo. Siempre está el transporte ahí, la implementación, todo ha sido perfecto, también le doy muchas gracias a ellos por estar ahí siempre pendientes. Ha sido fantástico contar con un respaldo así porque yo antes pagaba todas las competencias a las que tenía que viajar, entonces el IDRD me quitó un peso de encima. Yo siempre me decía 'tengo talento, tengo que explotarlo y ya'. Encontré a mi entrenador en Barranquilla, entonces de ahí ya decidimos venirnos de una vez para Bogotá", cuenta.
Los triunfos de Santiago no han sido ajenos a otras ciudades, quienes le han hecho cantos de sirena a los oídos para tratar de llevárselo, pero aunque Natagaima es su tierra natal, Pimentel se siente un bogotano más de corazón. Su compromiso es total por la responsabilidad que tiene luego de la confianza que el IDRD ha depositado en él para pulirlo como una figura del lanzamiento de jabalina y bala en el país.
"Bogotá es muy agradable, me encanta estar allá, anhelé ser de la Liga Bogotá. De otras ligas me decían 'Santiago usted tiene talento, véngase para acá que le vamos a pagar', y yo decía que no porque Bogotá me abrió sus puertas y siempre estaré ahí apoyando a Bogotá en lo que sea y estaré ahí siempre", apuntó.
Los sueños de este trabajador incansable no acaban acá. Es más, recién en estos Juegos Nacionales Juveniles comienza el porvenir de Santiago Pimentel, quien agradece los apoyos fundamentales de “principalmente mi papá y de mi mamá, que siempre está orando a Dios y así es que todo ha sido posible". El trabajo no traiciona, y ‘Santi’ sabe que esto y su fe, lo llevaran a cruzar más kilómetros de los que ya ha atravesado gracias al deporte.
"Sueño con hacer marca mínima para el Mundial y prepararme para romperla el año que viene, además de poder llegar a los Olímpicos de Los Ángeles 2028". De Natagaima para el mundo, Santiago Felipe Pimentel Ortiz, orgullo del Equipo Bogotá.
OFICINA ASESORA DE COMUNICACIONES – ARMENIA
SANTIAGO CLAVIJO MERINO - PERIODISTA
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