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El IDRD amplía su oferta recreativa con espacios abiertos para la práctica libre de deportes en los CEFE.
Una deportista soñadora que estuvo al borde de la muerte, se recuperó contra todo pronóstico, se convirtió en campeona y cumplió el sueño de ser madre, su más bello triunfo. Esta es la historia de Paula Andrea Ossa Veloza, atleta insigne del Equipo Bogotá.
Bogotá, D.C., 10 de mayo de 2025.- Dicen por ahí que Dios sabe cómo hace sus cosas y que a cada uno le pasan algunos hechos no gratos, porque algo bueno vendrá luego. Paula Andrea Ossa Veloza pensaba igual, pero luego de una terrible experiencia que vivió llegó a dudarlo; sin embargo, el tiempo le dio la razón al creador y hoy, está más que agradecida con él.
El 29 de abril de 2014, mientras practicaba ciclismo con unos amigos, Paula sufrió un grave accidente en la Avenida Boyacá con calle 80. Cayó al suelo y fue atropellada por una volqueta, que le causó múltiples fracturas en pelvis y sacro. Los médicos le dieron dos horas de vida si no lograban detener la hemorragia. Además, afirmaron que no volvería a caminar.
Pero Paula desafió ese diagnóstico. Con el apoyo de su familia, especialmente de su madre, María Isabel, y su fuerza interior, inició un proceso de recuperación que se convirtió en un verdadero milagro.
Apoyada por el IDRD, Paula se sometió a intensas terapias. A los tres meses ya caminaba; a los ocho, regresó al velódromo Luis Carlos Galán y se subió a una bicicleta. En 2015, volvió a competir y ganó medalla de bronce en los Juegos Nacionales en pista, en la prueba de velocidad por equipos. “Esa no fue una medalla de bronce. Fue la medalla de la vida, del renacer, de volver a creer en mí”, afirma.
A raíz de las secuelas del accidente, Paula se retiró del alto rendimiento y terminó sus estudios de Administración de Empresas. Tiempo después, el entrenador nacional José “Chepe” Castro la convenció de ingresar al paracycling. En mayo de 2017, debutó en la Copa Mundo de Ruta en Maniago, Italia, dedicando su medalla a su madre.
Desde entonces, ha representado a Bogotá y Colombia con orgullo, sumando logros como:
Pero había un sueño más profundo: ser madre. Y se cumplió. El 30 de noviembre de 2020 nació Isabella Matiz Ossa, hija de Paula y su esposo, el también ciclista paralímpico Edwin Matiz.
“Al principio fue un impacto. Me estaba preparando para Tokio 2020 y me sentí angustiada. Pero entendí que mi hija llegó en el momento perfecto. Es mi fortaleza, mi motivación”, cuenta Paula.
Hoy, Isabella tiene cuatro años. Paula divide su tiempo entre los entrenamientos y la maternidad. Cuando está de viaje o en concentración, siente un vacío, pero también un impulso para seguir adelante.
“Ser mamá es el amor verdadero. Es darlo todo sin esperar nada. Es mágico, transformador, infinito. Una carrera en la que hay que pedalear hasta cruzar la meta.” En este mes de las madres, Paula Ossa no solo representa al deporte colombiano. También encarna el poder del amor maternal, la resiliencia y la esperanza.
“Feliz día a todas las madres que hacen posible este milagro de vida. Por los hijos, se hace todo.”
Carlos A. Gracia B.
Periodista
OFICINA ASESORA DE COMUNICACIONES – IDRD
El IDRD amplía su oferta recreativa con espacios abiertos para la práctica libre de deportes en los CEFE.