Son espacios que están diseñados para niños y niñas en su primera infancia, con el objetivo de mejorar su motricidad, coordinación y otras habilidades de movimiento que les permitan desarrollar acciones motoras más efectivas.
Se caracterizan por guiar al niño o niña hacia el desarrollo de su actividad mental (psiquismo), ampliando sus reflejos cognitivos (como el movimiento, las sensaciones, percepciones y pensamiento) y sus reflejos afectivos (emociones y sentimientos). A través de la práctica de la Psicomotricidad, estas apuestas se manifiestan mediante talleres y actividades de movimiento, con un enfoque pedagógico activo, flexible y crítico, donde el movimiento corporal, las experiencias vivenciales y las situaciones significativas son fundamentales.
El objetivo principal es promover la maduración psicomotriz de los más pequeños mediante una pedagogía activa, que integra un enfoque integral con valores olímpicos (excelencia, respeto y amistad) y valores educativos (la creatividad, la inteligencia emocional y social)