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A falta de 70 metros para finalizar la competencia de 3.000 metros obstáculos, un atleta de Bélgica ayudó al corredor del Equipo Bogotá a llegar a la meta.
Bogotá, septiembre 22 de 2025.- Hay momentos que marcan la vida y la carrera deportiva. En el reciente Campeonato Mundial de Atletismo Tokio 2025, en la prueba de los 3.000 metros obstáculos, Carlos Sanmartín, atleta del Equipo Bogotá y quien representaba a Colombia, vivió uno de esos instantes, que difícilmente se olvidan.
Carlos pasó, como pudo, el último obstáculo de la competencia y solo le quedaban 70 metros para cruzar la meta, distancia que, en condiciones normales, recorre rápidamente; pero éste no era el caso. Sanmartín estaba diezmado, con dolores, por golpes que tuvo durante la competencia, y llegar a la línea parecía eterno. Fue entonces cuando apareció Tim Van de Velde, atleta de Bélgica, quien lo pasó y, al ver la difícil situación del colombiano, tuvo un gesto digno de admirar: el atleta detuvo su paso, se devolvió unos metros, abrazó a Carlos y lo llevó hasta el final. Juntos, cruzaron la meta.
“En ese momento yo solo quería terminar y él se devolvió a ayudarme, a llegar a la línea de meta. Eso fue muy gratificante y logramos terminar de la mejor manera”, dijo Carlos Sanmartín.
La carrera no fue fácil para Carlos; en la segunda vuelta, sufrió el primer golpe. “Eso me desenfocó muchísimo para el resto de la carrera”, indicó. A partir de ese momento, todo se puso cuesta arriba, complejo. “No podía coordinar los pasos con la distancia y a veces quedaba muy lejos del obstáculo. Los pensaba mucho para saber cómo los hacía”, añadió.
Eso sí, nunca pensó en retirarse; por el contrario, siempre tuvo en mente cumplir con la distancia. Pero -cosas de la vida-, esas ganas también lo llevaron a tropezar por segunda vez. “Llegué desconcentrado a la última fosa de ría y bueno, sucedió lo que sucedió. Así es el deporte”, concluyó Sanmartín.
Fue una situación que muy pocas veces vivió; de hecho, era la segunda vez que tenía que afrontar un suceso de este tipo. “Yo en una fosa solo me había caído una vez en mi vida y fue la primera vez que corrí una carrera de obstáculo en el 2015. Posteriormente tuve tropezones, pero los lidié bien”, aseguró el atleta.
En esos momentos complejos, los compañeros son vitales. El apoyo de ellos fue importante. Una de ellas fue Natalia Linares. La medallista mundial de bronce en salto largo e integrante del Equipo Bogotá, sabe lo que es afrontar este tipo de situaciones y por eso no dudó en alentar Carlos: “Cada quien tendrá su momento de éxito y Carlos ha tenido caídas, pero es un deportista con convicción y perseverancia. Él se levanta y su momento llegará”, dijo Natalia.
Esa perseverancia que viene impulsada por su familia, que al llegar a la capital lo recibió como un campeón. Pero no solo ellos, varios de los integrantes del Equipo Bogotá, también lo esperaban.
“Estoy muy feliz y agradecido con Dios por permitirme de volver a mi casa, ver a mi familia y este lindo Equipo Bogotá que me están recibiendo aquí es algo muy bonito”.
Llegar a Tokio y lograr podio en la máxima cita orbital del atletismo marcaba una ilusión para el atleta de Bogotá, pero el deporte tiene situaciones impredecibles que postergan la idea. Eso sí, rápidamente hay que dejar esos momentos atrás, como él mismo lo dice: “Me gusta cerrar los capítulos buenos y los malos de la mejor manera, hacer un reenfoque y continuar con los nuevos objetivos”.
Ahora, Carlos Sanmartín iniciará su proceso de recuperación de la mano del grupo interdisciplinar del Equipo Bogotá y espera estar de vuelta rápidamente en competencia.
OFICINA ASESORA DE COMUNICACIONES IDRD – BOLETÍN 586
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